domingo, 1 de noviembre de 2009

SU ANHELO

"PARA TI SOLO CUENTA EL AMOR QUE PONGAMOS EN LAS COSAS"

Para la Hermana Juanita Jesucristo es simplemente todo: la razón de su vida, la fuerza para esperar, el amigo por quien y con quien acometer las empresas más arduas para gloria de Dios. Es una apasionada por Cristo Redentor. Llamada a reproducir en su interior los sentimientos y sufrimientos del Maestro y a derramar en torno suyo, palabras y gestos que animen, sanen y den vida. Fundamentando su vida en la unión con Cristo en el dolor.
"Hoy no me duele nada y también esto lo ofrezco a Ti Señor ... Ante Ti no cuenta el que suframos o seamos felices, sino el ‘AMOR’ que pongamos a ese sufri¬miento o a esa felicidad ... por eso si sufro mucho y yo trato de aceptar este sufrimiento con el ‘amor que Tú me lo envías’ y darte gracias porque así me quie¬res ... tengo tanto mérito como cuando soy feliz y tam¬bién te lo ofrezco llena de alegría amor ... acción de gracias Para Ti sólo cuenta el AMOR que pongamos en todo ...
Hoy empecé la Hora Santa y como siempre no pude terminar. Señor, vengo a echar este ratito contigo para reparar y desagraviar tantas infideli¬dades y abandono que recibís de todas las criaturas de la tierra. Te ofrezco mi cora¬zón para que sea tu ‘finca de recreo’ donde puedas descansar y ser consola¬do ... y sobre todo donde te sientas muy amado ... Se¬ñor, sabes que el terreno de mi alma está lleno de zarzas, piedras y malas hierbas ... poda, arranca, in¬jerta ... hasta convertirlo en un jardín donde Tú te sien¬tas a gusto".
"Antes para mí lo más grande y que más satisfacción me daba era pensar que yo, por medio de mis sufrimientos estaba cooperando con Cristo en la salvación de los hombres... Me sentía útil... Hoy creo esto también, pero de otra forma; más alegría y paz que por lo que mis dolores puedan aportar a la salvación del mun¬do, me deja la unión que con Él he vivido con ese dolor: Ese identificarme con Él en la cruz... pensar en su amor para conmigo ... Con qué gratitud me da el Señor todo esto. No es el mucho hacer; antes todo era mortificarme en muchas cosas, mucha oración, parecía o yo creía que por todo esto el Señor se me tendría que dar, vaya, que me tendría que pagar mis obras dándose Él... Ahora veo que todo esto le agrada al Señor pero que no lo necesita, soy yo la que en todo momento necesito de Él. Cuando no hago nada, cuando me siento más impotente, cuando a pesar de mis esfuerzos no llego a hacer realidad lo que quiero, cuando casi he llegado a perder la ilusión por la santidad como algo inalcanzable para mí..., entonces vienes tú, Señor, te haces presente, me haces sentir tu calor y tu fuerza, renace en mí la ilusión de quererte, de parecerme más a ti".

No hay comentarios:

Publicar un comentario